Sobre relatos, cuentos e historias

Espacio dedicado a los textos que le han ayudado a la autora a hacer más leve el tiempo de la vida, el cual suele ser muy largo. Esperando que algún incauto perdido de la red llegue a estas líneas y alimente su ocio,y si hay suerte, quizá hasta le comuniquen algo

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Nombre: Arenita
Ubicación: México, D.F., Mexico

Maestra en Artes Visuales con orientación en Diseño y Comunicación Visual y Lic. en Diseño y Comunicación Visual, por la ENAP/UNAM. Diseñadora gráfica que desde hace años trabaja usando sólo Software Libre en su trabajo profesional. Labora en el sector cultural, social y educativo.

sábado, julio 01, 2017

Mecanismo de tortura IX: Acabar con los mecanismos de tortura

Foto: matthias lueger

Muéstrale la puerta al final de un tramo del camino
y coloca detrás de ella, al monstruo más temible,
al monstruo más grande,
resultado de años de imitación,
de malos hábitos,
de inseguridades,
de odio y de rencores.

Ella querrá abrir esa puerta,
pero no se atreverá.

Escuchará la respiración del monstruo:
lenta, pausada e inquietante.

El miedo hará que se suelte de sí misma,
se alejará,
se distraerá,
se dormirá
y jugará a hacer drama.

Luego de varios días de incertidumbre,
se animará a abrir la puerta temerosamente,

Se encontrará con un espejo...
mirará de frente su oscuridad
y le deslumbrará su propia luz.

Estará desnuda, frente a sí,
quemada viva,
sin piel y sin fuerzas.

Al cabo de un rato, no tendrá más remedio
que tomarse a sí misma de la mano y cruzar el umbral.
Andará otro camino hacia más y temibles puertas,
sin poder usar más como obstáculo,
las torturas que se procuraba a sí misma.

jueves, mayo 05, 2016

Mecanismo de tortura VIII: No verse


Haz que el individuo nazca en una familia de opulencia,
que no tenga carencias,
que no tenga necesidades.

Otórgale los privilegios más poderosos
que no tenga que sentir,
que no tenga que pensar,
que no tenga que vivir.

Al cabo de un tiempo, el sujeto dejará de verse,
tendrá la imposibilidad de observarse.
Ni mirándose al espejo,
ni mirándole a los ojos.

No encontrará eco en ningún sonido.
En ninguna voz,
en ningún hombro.

La tortura no sólo será para él
sino para los individuos que lo acompañen.
Si no se ve a sí mismo,
tampoco verá a los demás.

La tortura estará completa cuando no sepa nada de sí.
Cuando no pueda continuar, 
sin antes justificar sus acciones.

Se acostumbrará a su ansiedad,
creerá que eso lo hace distinto.
La verdad es que él es parte de la sosobra,
tendrá miedo de relacionarse
por que sabe
inconscientemente
que sus amigos solo podrían ser un reflejo de lo que siente para sí.

Y él se odia.

Cuando ya no haya nada más que hacer
caminará sin saber hacia donde,
vendado de los ojos,
condenado a la soledad infinita.

miércoles, marzo 28, 2012

Mecanismo de tortura VII: El odio

Cruz

Para esta tortura, no se requiere hacer nada, el instinto natural de la especie se encargará de todo.

El individuo experimenta la punzada en el estómago que recorre todo el cuerpo como fuego que enciende cada músculo. La energía llega a sus manos, ellas querrán rodear el cuello y estrangular con la fuerza de la impotencia que ahora le hace cerrar el puño y lastimarse con las uñas.

La sensación es inmediata, la pena por compartir la existencia es una muestra inequívoca del odio, se manifiesta en insultos, en palabras altisonantes, en reproches que lastiman, que hieren hasta las lágrimas.

Luego vienen las ganas de golpear con el puño, quizá una pared, una mesa, una silla detendrá el golpe antes de que se atreva a darlo; luego, las ganas de escupirle, de patearlo, de dejarlo sin aliento.

Algunas veces, este particular tipo de odio se manifiesta en los pensamientos acumulándose en un charco hediondo dentro del cerebro; lo alimenta, lo mantiene lleno, nada como conservar mierda en la cabeza.

Las ideas de destrucción se acomodan una a una para ir saliendo según su ferocidad, deseará que desaparezca, que nunca haya existido, le deseará el mal y el sufrimiento. Sentirá una punzada en el pecho, es la necesidad de ver cómo se deshace en sus propios miedos.

Luego, el individuo tendrá ganas de buscar un cuchillo, sabe que no se atrevería pero la idea le pasa por la mente, repasa cada detalle del acto que ahora se impide efectuar, no se escandaliza, se imagina la navaja pasando por el brazo.

Cuando el sujeto cree que todo ha pasado, cuando al fin puede seguir su vida o ha logrado conciliar el sueño, no advierte que toda esa energía acumulada será dosificada en el devenir de los días. La usará en futuras ocasiones como veneno que destruye lenta y sistemáticamente, empeñándose en no dejar rastro del objeto de su odio

Es por ello, que el placer de la autodestrucción resulta una sencilla forma de torturar al individuo, como verán, no hay odio más eficaz que el odio a si mismo.

miércoles, diciembre 15, 2010

Mecanismo de tortura VI. Sobre la falta de dones artísticos.

Desesperanza

Esta tortura es sencilla.
Lo único que hay que hacer es privar al incauto de cualquier habilidad artística que le permita la libre expresión.
Que no sepa tocar el piano.
Que no aprenda a pasar sus emociones a través de los finos hilos de un violín.
Que su voz sea tan aguda que no pueda ahogar su dolor en el canto.
Que sus manos sean tan torpes que no sea capaz de moldear sus miedos.
Que su percepción sea tan corta, que no pueda dibujar las cosquillas que siente en la yema de los dedos.
Que sus ojos sean tan ciegos que no pueda captar la belleza con el lente de una cámara.
Que su imaginación sea tan corta, que no pueda contar historias que lo hagan inmortal.
Al cabo de un tiempo, sin el don de la música, de la escultura, de la pintura, de la fotografía o de la escritura, acabará por entender que la única forma de decir lo que siente, será hablando...
ahí, radicará la tortura.

sábado, diciembre 04, 2010

Mecanismo de tortura V

De cara a la pared

La tortura en esta ocasión será lenta, suave y delicada, casi como una ceremonia, de tal suerte que la víctima no se de cuenta, que no lo note, que no lo vea.

Primero, habrá que otorgarle un bienestar inmenso, largo y profundo, que por un momento crea que todos los dolores se fueron para no volver jamás.

Hay que dejar que haga lo que más le guste, eso es lo más importante, deberá creer que existe una salida, que no todo esta perdido, que vale la pena hacer un esfuerzo.

Tendrá, luego, que conocer el amor, así entonces sentirá que no sólo su búsqueda habrá terminado, sino que todo el destino confabula para que sea feliz.

Otórgale un motivo, una razón, dale días maravillosos, viajes reveladores, déjalo que hable con gente sabia, sentirá que se acerca a la verdad.

Ahora, poco a poco y sin prisas, quítale la única forma que tenía de expresarse, si es la música, entorpece sus oídos, si es la danza, quita destreza en el cuerpo, si es la escritura, quita cerebro a sus dedos... Como se sentirá dichoso, no notará que le habrás quitado el don que alguna vez lo salvó de la agonía.

Después de eso, empieza a alejarlo de sus amigos, uno a uno, sin remordimientos, haz que pierda el contacto, que pierda de vista la razón que alimentaba su amistad, haz que sienta desden por todos y que ellos, se olviden de él. Aíslalo, que nadie a su alrededor sepa nada de él, que su familia no lo reconozca si lo vuelve a ver, mantenlo, cautelosamente, alejado del mundo. En un principio, no lo notará, estará tan feliz y cómodo en su situación que no le importará la soledad.

Se paciente, un día, sin darse cuenta, despertará y se sabrá solo. Hasta entonces, notará, que fue víctima de su propio egoísmo, que su felicidad lo condujo a un callejón, donde ni su propio don lo podrá salvar... la tortura habrá empezado, el dolor será implacable.

lunes, abril 05, 2010

De oidas hace un par de semanas

"Si quieres transmitir algo, la única manera de hacerlo es a través del arte, nadie lee las tesis de doctorado" Henrietta Yourshenko en voz de Gaby Barrios. Vaya, es una lástima que no haya nacido yo artista y sólo haya salido buena pa' la escuela.

Sobre días feriados

La depresión que se experimenta al terminar unos días de descanso, es directamente proporcional a lo maravillosos que estos fueron...

miércoles, noviembre 04, 2009

Sobre el frío

Mi cuerpo transforma el frío en ganas de llorar, a mi pecho le lastiman las fotos, las ausencias, las pérdidas y las no acciones. Las palabras esta vez no me rescatan. De pronto me pesa que me falte vivir tanto, hay tanto que hacer, tanto por que luchar, tanto que sentir y tanto que crear... tanto que temo que mi espíritu no tendrá la fortaleza para soportarlo.

El frío me hace recordar la soledad, y con ella, la temporalidad de las cosas, nada es permanente, nada es eterno, y el frío me lo recuerda, me recuerda que hay maldad y que al parecer lastimar es lo único que sana...destruir

Sobre depresiones reencontradas

Según Anamari Gomís en su libro, "Los demonios de la depresión", las depresiones en las personas propensas a ella, pueden presentarse en lapsos largos o cortos de tiempo, dependiendo de la situación y del individuo, pero que invariablemente son reconocidas por estas, y que en el mejor de los casos, son tratadas, o por lo menos tomadas con naturalidad.

Quizá eso explique que mis depresiones hayan regresado, me son extrañas pues hace mas de un año y medio que no se presentaban, pero no por ello, dejo de reconocerlas, otra vez las ganas de llorar sin ningún sentido, las ganas de escuchar música triste y querer dormir o no querer hablar son los síntomas que me hacen creer que los demonios han regresado.

De pronto me pregunto, si es que mi cuerpo encontró una manera de sentirse mal entre esta aparente felicidad? como cuando uno se muda de casa, y al principio todo es nuevo y confortable, pero que después de un tiempo, se encuentran las grietas, las goteras y los fantasmas que habitan la casa y que estan listos para hacernos reaccionar.

Yo por mi parte, trato de entenderme nuevamente y ver de qué forma sobrellevarla de nuevo. Antes, mi soledad me daba para mucho, podía refugiarme en ella para justificar mis continuos ataques de tristeza y culparla de mi tan mala suerte... hoy, que eso ya no es un pretexto, no encuentro el sentido ni la explicación coherente de mi reciente incomodidad, a parte, claro, de la terrible situación de este país y lo cerca que estamos que a este mundo se lo lleve la chingada, pero en mi mundo interno, sigue siendo, tal como hace años, la insoportable incertidumbre de no saber qué es lo que me pasa, y peor aún, qué pasará durante y al final de este proceso, tengo miedo, pero sobre todo, una eterna y profunda tristeza.

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